jueves, 29 noviembre 2007
Por María Teresa Jardí
Que los asuntos lleguen a la Suprema Corte de Justicia, en un país donde se ha desmontado el entramado ético de todas sus instituciones, ya se sabe que nada significa. Pero que la Corte legalice la violación de menores cometida, avalada, tolerada por amigos de funcionarios públicos y quizá por los propios funcionarios, sin duda, es noticia para el mundo, aun viniendo de una tan bananera narcorrepública.
Efectivamente, las grabaciones ilegales no tendrían que servir como prueba para perjudicar a nadie. Pero hace tiempo que esa ilegalidad se ha incorporado como tolerada "costumbre" por los propios gobiernos y sobre todo por instituciones como la propia Suprema Corte de Justicia.Que los asuntos lleguen a la Suprema Corte de Justicia, en un país donde se ha desmontado el entramado ético de todas sus instituciones, ya se sabe que nada significa. Pero que la Corte legalice la violación de menores cometida, avalada, tolerada por amigos de funcionarios públicos y quizá por los propios funcionarios, sin duda, es noticia para el mundo, aun viniendo de una tan bananera narcorrepública.
Si la Corte no hubiera querido que eso se hubiera convertido en "costumbre", se habría opuesto desde el caso, que es el mejor de los ejemplos, evidenciado en las conversaciones filtradas por Zedillo para seguir manteniendo a raya a Salinas. Y ni qué decir de los videos, aplaudidos y vueltos a aplaudir, del impresentable Ahumada quien de nuevo, pese a la orden de aprehensión que, dicen, existe en su contra, se exhibe comiendo hamburguesas en Mc Donalds. Vino a cuidar sus negocios, es evidente, el impune sujeto que sirvió de puente para que otros igual de impresentables organizaran el complot contra AMLO para bajarlo del juego político y para dejarle el paso a la mujer del ladrón expresidente, que ahora se encuentra en la mira, dicen, de los legisladores, por sus muchos irregulares negocios, que en multi, multi, millonaria la convirtieron a ella y a sus hijos, igual de ladrones, lo que pasa por investigar, es de suponer, la orden de que no se revisaran los contenedores de los barcos en las aduanas de los puertos, por parte de esos señores que festejan con regocijo que al pueblo adicto al fútbol y a las telenovelas no le falle la droga que los mantiene enajenados, incluso para que no se dé cuenta el pueblo mexicano de que en México no tenemos instituciones porque a las mismas se les destruyó el entramado ético que las mantiene en pie y funcionales en otros países menos corruptos.Leer más...
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