Calderón quiere quitarle la bandera a los altermundistas “exigiendo” que países le bajen al cambio climático
Por: Pedro Echeverría V.
1. Felipe Calderón, el presidente ilegítimo de México, que precisamente hoy primero de diciembre cumple cuatro años de estar en la Presidencia, busca lucirse en la Cumbre del Clima en Cancún. Ante el terrible fracaso de las anteriores reuniones internacionales y ante la oposición de los gobiernos de EEUU a firmar compromisos para evitar que el mundo estalle en mil pedazos por la contaminación ambiental y la descomposición del clima, en su discurso inaugural del lunes lanzó críticas contra los países poderosos queriendo con ello pasar como líder en la lucha por salvar la ecología. Pero nadie en el mundo le cree porque saben que los gobiernos de México, por lo menos desde 1982, han sido simples cachorros falderos del imperio. ¿Qué tanto puede estar preocupado Calderón por los terribles cambios climáticos que ponen al mundo en el despeñadero sino no tiene autoridad para hablar por su funesto desgobierno en México?
2. Han transcurrido dos días (29 y 30 de noviembre) y Cancún sufre un imponente Estado de Sitio; la realidad es que se ve como una fortaleza impuesta por el Ejército y la Marina mexicanos, así como policías de la Federal Preventiva, de Caminos, Estatal y Municipal. No hay calle, glorieta o carretera donde no anden en grupos de a pie, en camionetas y vehículos blindados; participan en rondines permanentes o se mantienen en los retenes o puestos de revisión mixtos. Es brutal la intimidación con la presencia militar vestidos de negro, algunos con el rostro cubierto o con uniformes militares, cargan con todo el armamento posible en sus cuerpos y en sus manos, siempre listas a ametrallar. Se comenta y confirma que también los centros turísticos de Solidaridad, Isla Mujeres, Tulum y, sobre todo, Benito Juárez se han convertido en búnkeres o fortalezas policíaco-militares, para cuidar a turistas internacionales.
3. Hay unos 10 mil efectivos policiales y militares que se encargarán de frenar cualquier protesta o, según dicen, algún golpe del llamado “crimen organizado” o de la “insurgencia” que amenaza al gobierno de Calderón. Se mantienen muchos puestos de revisión en lugares claves de la ciudad de Cancún y Puerto Morelos, de manera particular en el aeropuerto internacional cancunense. Cuando alguien lleva pelo largo y barbas –como yo- las fuerzas represivas los observan de pies a cabeza y en cada cuadra exigen identificación. En cualquier momento te levantan y te acusan de “llevar mucha droga y tener una metralleta escondida”. Da la impresión que este Estado de Sitio fue preparado por los miles de asesores yanquis que ahora dominan en los departamentos de “seguridad” de México. Se prevé que a esta Cumbre de 12 días participen “de 25 mil a 40 personas de 192 países, tanto en los eventos oficiales como en los foros alternos”.
4. A partir del viernes 3, con el arribo de los jóvenes anarquistas y altermundistas que no se dejan intimidar por las botas y las armas de los militares, Cancún se puede calentar –no con la contaminación que produce el capitalismo- sino con las protestas y batallas en las calles. ¿No se recuerda acaso las grandes batallas que dimos en septiembre de 2003 contra aquella terrible reunión en la que los subsidios agrícolas del imperialismo a sus agricultores no pudieron echarse abajo provocando el suicidio del campesino coreano Lee? ¿Quiénes son los culpables del gran aumento de los fatales ciclones, inundaciones, desbordamientos de ríos, derrumbes y destrucciones de pueblos miserables? ¿Dios, el destino, los pecadores, las otras religiones, la desobediencia?- quién sino los que mantienen al mundo en la miseria y la opresión? Que no nos jodan por los funestos medios de información al servicio de empresarios y gobierno.
5. El Estado Mayor Presidencial es quien dirige la jugada trayendo de aquí para allá al ejército, que al parecer ya no tiene nada de mexicano porque obedece órdenes yanquis, es decir, extranjeras; en realidad son los yanquis que han invadido el país a petición de la Presidencia de la República, con sus estrategias represivas. Y en Cancún los “cheles”, como dicen en maya, es decir los “güeritos” o rubios no dan la cara porque prefieran dirigir a control remoto y mandar sus estrategias militares por radio o celulares desde helicópteros que permanentemente están jodiendo con sus ruidos. Por cierto hay que subrayar que la policía y el ejército obtuvieron más armas y patrullas para la intimidación en Cancún a cuenta de la llamada “Iniciativa Mérida”. A muchos nos da vergüenza que a Mérida la escojan como sede de reuniones y acuerdos con presidentes imperialistas y asesinos aprovechándose de que la izquierda es muy débil; pero pronto seremos más combativos y numerosos, a pesar de nuestra historia.
6. El presidente Calderón sólo ha permanecido en el gobierno –y le faltan dos años para seguir destruyendo la economía del país- porque los del PRI, que al parecer recuperará la Presidencia, si López Obrador no hace nada radical significativamente distinto. Busca Calderón salir fortalecido de esta reunión de Cancún usando hábilmente la demagogia discursiva que acostumbra; sin embargo no podrá esconder que su fracasada estrategia de “combate contra el narcotráfico” ha provocado la muerte de 35 mil mexicanos, la mitad de ellos inocentes; ni tampoco esconder que su gobierno ha creado más desempleo y miseria que ningún otro gobierno en la historia. Nuestra bronca nacional ha sido la debilidad de las luchas de la izquierda y de los trabajadores y, asimismo la integración de la socialdemocracia a los proyectos capitalistas. Pero no hay mal que dure mil años y retontos que lo agüanten.
7. Necesitamos que los mexicanos, los “altermundistas” extranjeros”, o por lo menos los quintanarroenses, yucatecos, campechanos, tabasqueños más combativos, se concentren en Cancún para hacer la fiesta de la protesta mundial contra todos aquellos gobernantes que siguen destruyendo el mundo por apoyar políticas empresariales que cada día provocan que los cambios climáticos sigan poniendo al mundo al borde de su desaparición temprana. Hagamos retroceder a esos miles de militares que en vez de estar con el pueblo que lucha, sirven a sus amos burgueses e imperialistas que les arrojan como a los perros sus salarios mientras sus jefes cobran 100 veces más sin arriesgar nada. Ni en Cancún, ni en ningún lugar hay posibilidades de diálogo; los burgueses e imperialistas nunca lo han conocido cuando de trabajadores explotados se trata. Tenemos que ganar nuestras batallas en las calles y en las plazas o, de lo contrario lloraremos como cobardes nuestras derrotas.
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