Apocalipsis superado
Súper Felipe
Casi europeos
Sandoval, ¿legionario?
Atenco, cuatro años
Como en sus mejores momentos de optimismo desbordado previo a la crisis económica mundial, cuando presumía de tener un navío de gran calado para enfrentar con éxito las peores tormentas y se decía especialmente emocionado, gustoso, ante la posibilidad de enfrentar retos para superarlos, Felipe Calderón se mostró radiante y poderoso en Alemania, donde recordó su autoasignado papel de salvador del mundo en materia de influenza y se vanaglorió de haber vencido no a cuatro, sino a cinco jinetes modernos del apocalipsis, en una epopeya mexicana que hoy mismo nos permitiría, por nuestras buenas calificaciones económicas y políticas, ingresar a la Unión Europea por más difíciles requisitos que nos pusieran. ¡Viva México, jijos de su...!
Encarrerado en la juglaría de sus propias hazañas, Súper Felipe narró que cuatro horas después de conocer en sus términos crudos los riesgos derivados de un nuevo virus mortal
, el de la variante de la influenza, ya estaba él ordenando cierres y aislamientos, lo que permitió al mundo adaptarse más rápidamente a enfrentar este virus; permitió, además, anticiparse a los tratamientos, a las medidas preventivas e, incluso, al desarrollo de la vacuna
. Ése fue uno de los cinco jinetes del apocalipsis vencidos por el divino Felipe. Los otros fueron: la crisis económica, que hoy estamos superando
; la violencia de los grupos del crimen organizado a los que hemos enfrentado también con determinación
; la segunda peor sequía nacional en 70 años y la mayor caída en la producción de petróleo de toda la historia nacional. Todo, superado o en vías muy avanzadas de superación, de tal manera que hoy, la paradoja es que México sí podría cumplir algunos de los requisitos más severos que se les exige a los países de Europa por pertenecer a la Unión Europea
. ¡Guau, primer mundo gracias a Felíptico ApoCalderón, quien aprovechó literalmente el viaje para exigir que sus propuestas de reformas sean angelicalmente analizadas en México, sin contaminaciones terrenas de política y elecciones!
Las buenas nuevas celestes se completaron con la posibilidad de que el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, sea nombrado comisario papal para encargarse de las finanzas, perdón, de la atención general de los legionarios de Cristo caídos en desgracia. Sería un golpe seco a la pretenciosa orden macielista que les asignaran como interventor a alguien intelectualmente tan rupestre como es el jefe público de la ultraderecha mexicana, el purpurado Sandoval que ejerce como una especie de gobernador extraoficial de Jalisco, auxiliado por su monaguillo formal, el alegre donador de limosnas con cargo al erario y notabilísimo orador mientamadres con cargo al tequila Emilio González Márquez. Tal vez por ese exceso de trabajo (gobernar a la arquidiócesis y al estado), porque realmente no le simpaticen los legionarios, o por una modestia calculada para decir no a lo que tendría que decir sí en caso de ser una orden papal, el cardenal Sandoval dijo ayer que no le agrada la idea de ser legionario comisario.
Lo cierto es que Sandoval reúne los requisitos de habilidad financiera y pragmatismo político para tomar el control del amplio reino mundano creado por Marcial Maciel. Oportunamente se le ha acusado de maniobrar para santificar dineros oscuros y, en dado caso, sus credenciales de protección a curas pederastas son amplias y bien sustentadas, pues en su territorio está asentado uno de los centros de atención a curas con problemas
de conducta, la Casa Alberione, en la que se refugian sacerdotes y religiosos que requieren apoyo en el tratamiento de problemas sicológicos, emocionales, espirituales o de comportamiento
. El mismísimo Marcial Maciel se mostraría complacido cuando menos por esa parte del perfil de Sandoval aunque, a decir verdad, la decisión final aún está en proceso y bien pudiera nombrarse a otro mártir eclesiástico (por ejemplo, sólo por abundar en el catálogo de maravillas humanas disponibles, el mismísimo Onésimo Ce(m)peda, hombre sabio en las relaciones políticas de alto nivel y en el entendimiento de los feos asuntos del dinero, pues bolsista pecador fue antes de pasar a las filas de quien él asume como auténtico y original Señor de los Cielos).
Astillas
San Salvador Atenco es uno de los casos más ilustrativos de la injusticia mexicana. Se ha mantenido en la más absoluta impunidad a quienes golpearon, violaron y asesinaron durante aquellos episodios de brutalidad policiaca que fueron ampliamente difundidos incluso por las televisoras nacionales más importantes. Felipe Álvarez, Héctor Moreno e Ignacio del Valle siguen en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, sometidos a tratos que agravan su salud física, sobre todo en el caso de Del Valle. Otros 12 miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra están presos en la penitenciaría estatal ubicada en Texcoco. Los autores intelectuales y los ejecutores directos de la agresión de cuatro años atrás continúan impunes, con carreras políticas ascendentes, algunos, y otros en tranquilo ejercicio de sus habilidades represivas... Las autoridades federales deberían elaborar un manual de reacción ante acusaciones de ataques a civiles. Si hubiera presión y denuncias, el secretario federal de lamentaciones, Fernando Gómez-Mont, estaría totalmente dispuesto a ofrecer disculpas y emitir palabras apenadas. Dado el caso, también se podría habilitar algún dictamen técnico para demostrar que las balas corresponden a armas y calibres que no usan policías ni militares, e incluso se podrían acomodar algunos otros datos técnicos para que cuadre la versión que sea necesaria. Si nada de eso funcionara, entonces sí se podría acusar a los quejosos de traición a la patria y colaboración con el narco enemigo... Y, mientras se entiende que estamos en precontingencia metropolitana en asuntos de narcotraficantes en guerra, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Vaya líos económicos en Europa
Federico Arreola
Tengo muy buenos amigos en Barcelona, lo mismo que en Madrid. Los primeros no se sienten españoles, sino “europeos”. Tal vez piensen que España está ubicada en África. A mí me da igual…
Charlando, en días pasados, con algunos catalanes les decía que se vieran en el espejo de Europa: no funciona la unión económica sin la unión política. Les puse como ejemplo a Grecia y a California.
Las finanzas públicas griegas son un desastre. Las californianas también. Y no es exagerado decir que en California ha habido más derroche e irresponsabilidad fiscal que en Grecia. La diferencia radica en que, en Europa, ha costado mucho trabajo diseñar y llevar a la práctica un programa que rescate a los griegos. Los ciudadanos alemanes, por ejemplo, se molestan porque deben con su trabajo y su dinero pagar los excesos de los habitantes de Grecia. Tienen razón, pero sus dudas, que los llevan a debatir largamente acerca de si tienen que ayudar o no a Grecia, solo complican las cosas. En Estados Unidos, en cambio, la gente de Nueva York, que en este artículo supondré más trabajadora y ahorrativa que la de California, ni siquiera se cuestiona, o no con excesiva fuerza, si el sistema estadounidense debe apoyar o no a los californianos para que estos no terminen de hundirse: se les ayuda, y ya.
Por eso Estados Unidos resiste, a pesar de las dificultades, y Europa empieza ahora a tambalearse.
Después de cansados debates, La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional han ayudado a Grecia con una enorme cantidad de dinero. A cambio de ello, los líderes griegos se han comprometido a aplicar severas medidas de austeridad económica. Pero la ayuda no solo llegó muy tarde y ha salido por lo mismo mucho más costosa, sino que, evidentemente, no será suficiente para salvar a ese país en ruinas, que según estimaciones de Standard & Poor’s volverá a su PIB nominal de 2009, si bien le va, hasta 2017. Por esa razón, el futuro de Grecia, como el de otros países de Europa, se presenta simplemente oscuro. El sur del viejo continente carece de fuerza financiera para sostenerse y, tal vez, podría arrastrar en su ¿inevitable? caída a las naciones europeas más potentes.
En el Financial Times, en un texto titulado “Europa tendrá que elegir entre la integración o la desintegración”, Wolfang Münchau dice que, según sus cálculos, “el volumen total de la ayuda a Grecia, Portugal, España, Irlanda y posiblemente Italia podría ascender a una cifra entre los 500 mil millones de euros y el billón de euros. Todos estos países afrontan subidas de los tipos de interés en un momento en el que, o bien están en recesión, o avanzan con dificultad tras salir de ella. El sector privado en algunos de esos países sencillamente no es viable con esos tipos de interés más altos”.
Terrible.
El mismo Münchau sostiene que “son necesarias tres cosas si la eurozona quiere sobrevivir a medio plazo: un sistema de resolución de crisis, una mejor coordinación en política fiscal, y políticas para reducir los desequilibrios dentro de la eurozona”, algo que no es posible sin una unión política. Es decir, la sola unión monetaria no fue suficiente para que Europa recorriera un largo camino sin dificultades.
Lástima.
Para Europa, pues, lo que viene es la integración plena. O, de plano, la desintegración. Con todas las consecuencias, buenas o malas, que ello acaree no solo para la economía del continente europeo, sino para la de todo el planeta.
Creo que mis amigos catalanes deberían pensar menos en ellos mismos y más en la región a la que, todavía, están políticamente integrados. Para que no terminen pagando costos mayores en el futuro.
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