miércoles, abril 07, 2010

Crece polémica por entrevista a El Mayo Zambada publicada en Proceso

En medio del fragor de la guerra contra el crimen organizado -con saldos, entre inocentes y no, lindando los 20 mil muertos desde su inicio en diciembre de 2006-, y de la búsqueda de los lideres de los Cárteles del narcotráfico -que ha implicado a miles de elementos y a todos los aparatos de inteligencia de la federación- por los que se ofrecen millonarias recompensas, uno de ellos, Ismael El Mayo Zambada , jefe del Cártel del Pacífico, ha aparecido en la portada de la revista Proceso junto a Julio Scherer García, decano del periodismo y director emérito de la misma.
Es uno de los testimonios de la entrevista concedida por el capo del narcotráfico al semanario.
El reportaje ha desatado una fuerte polémica en la que se han visto envueltos reconocidos analistas de diferentes medios de información, y ha polarizando, como pocas veces, la opinión pública.
Rompiendo con la regla no escrita del periodismo, “perro no come perro”, algunos profesionales de la opinión, sugieren por un lado que la revista Proceso “se deja usar por el narco”.
En tanto que por el otro, terceros, en repuesta, mencionan que éstos, “quienes llegaron a la profesión no por vocación sino por conveniencia: un simple intercambio de favores”, vierten esa opinión “Impelidos para contrarrestar la bofetada al patrón en turno”. /--Con información de Proceso, La Crónica de Hoy, Milenio, El Universal y SDP

La entrevista (estracto) ► La polémicaProceso

De la Redacción

► La entrevista

"Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile… Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió", le dijo Zambada a Scherer.

- ¿Nada, caído el capo?, insistió Scherer.

"El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí", aseguró Zambada

La entrevista, señala la revista en su edición de esta semana, tuvo lugar en un día de febrero, en una casa rustica, cuya ubicación, debido a las precauciones tomadas por la organización comandada por el narcotraficante, es desconocida.
Con un día y una noche de por medio, relata Scherer, finalmente llegó al lugar de la entrevista: "Por veredas y caminos sinuosos ascendimos una cuesta y de un instante a otro el universo entero dio un vuelco. Sobre una superficie de tierra apisonada y bajo un techo de troncos y bejucos, habíamos llegado al refugio del capo, cotizada su cabeza en millones de dólares, famoso como El Chapo y poderoso como el colombiano (Pablo) Escobar, en sus días de auge zar de la droga", detalló.
“Ismael Zambada me recibió con la mano dispuesta al saludo y unas palabras de bienvenida:
–Tenía mucho interés en conocerlo.
–Muchas gracias –respondí con naturalidad.”

Con él, dice el entrevistador, se encontraba un grupo de guardaespaldas; portaban pistola y otros armas largas además. Le ofreció un desayuno; jugo de naranja, leche, carne, frijoles, tostadas, quesos y café.

- ¿Teme que lo agarren?, le cuestionó el periodista.

-Tengo pánico de que me encierren, confesó Zambada.

- Si lo agarraran, ¿terminaría con su vida?, preguntó Scherer.

-No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría, dijo El Mayo, a quien Scherer describe como un hombre de 1.80 metros de estatura, con un cuerpo "como una fortaleza" y con un bigote recortado.

Zambada, escribe Scherer citándole, aseguró además que no está en contra de que el gobierno quiera capturarlo, pero sí en las acciones del Ejército para hacerlo, pues "rompen puertas y ventanas, penetran en la intimidad de las casas, siembran y esparcen el terror"; calificó como falsos los avances que el gobierno dice haber logrado en su acometida contra el crimen organizado; y que los colaboradores Felipe Calderón le mienten. “Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida”.
–¿Por qué perdida?, le inquiere Scherer
–El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción, sentencia el Mayo


► La polémica

La controversia inició el mismo día de la publicación, el pasado domingo. En principio el escenario fue en los sitios de intercambio de opiniones abiertos a todo el mundo, Facebook y Twitter; pero ya el lunes los periodistas enfocados al ramo de la opinión vertieron puntos de vista encontrados.
Así, Héctor Aguilar Camín, columnista del diario Milenio, se lanza contra Scherer y la revista Proceso.

“Si alguien conservaba alguna duda de que el narco sabe usar a la prensa y hay prensa que se deja usar por el narco, no tiene más que acudir al encuentro que Julio Scherer aceptó tener con Ismael El Mayo Zambada…¿A cuántos periodistas habrán mandado matar El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán? ¿A cuántos tendrán sentenciados, amenazados o en la mira? ¿A cuántos habrán silenciado o comprado?... escogió a un vocero periodístico con autoridad. La autoridad del vocero confiere autoridad al que habla y el que habla, aunque habla poco, reconoce la autoridad de su vocero…escogió a un santón de la prensa mexicana, y el santón fue a su guarida, ‘un lugar no revelado’, derramando adrenalina, valentía, entereza periodística…Qué pena”.
Ayer mismo, En La Crónica de Hoy, Rafael Cardona, después de aludir una amistad de mucho tiempo con Scherer, dijo que “… la sola publicación de la fotografía donde Zambada le pasa el brazo por la espalda a Julio y le deja caer la ‘manaza’ en el hombro mientras ambos miran a la cámara, el uno orgulloso de su labor y el otro altivo y seguro de su territorio, prueba algo mejor: los editoriales también se hacen con el trabajo profesional…No ha habido crítica más certera y apabullante a la guerra de Felipe Calderón y sus resultados. Un lobo estepario del periodismo se encuentra en la rinconada del refugio con uno de los hombres más buscados del país, tanto por las autoridades mexicanas como por las estadunidenses. ¿Cómo puede ser esto?”.
Y hoy, el mismo Cardona refuta a Aguilar Camín y a la corriente de opinión consonante con lo dicho por éste.
“Impelidos para contrarrestar la bofetada al patrón en turno, pues eso y no otra cosa fue la publicación del encuentro entre Julio Scherer y El Mayo Zambada, algunos han dicho: el 'narco' sabe usar a quienes se dejan usar. ¡Uy! Cuánto espanto y cuanta subconsciente revelación de cómo ven el periodismo quienes llegaron a la profesión no por vocación sino por conveniencia: un simple intercambio de favores…Dejarse usar, vaya…Quizá sea cierto. Pero hasta ahora nunca se han visto publicadas peticiones firmadas por Julio Scherer en demanda de fondos (dinero se le llama en lenguaje llano) al Presidente de la República haya sido quien haya sido. Y sí se conocen solicitudes (muchos guardamos los recortes de aquel hallazgo de Raymundo Riva Palacio) en las cuales un severo juez actual del trabajo ajeno se rasga la túnica por la conversación entre Zambada y Scherer”, escribe Cardona.

En tanto que José Cárdenas en El Universal apunta que “Julio Scherer nos ha puesto a todos un ejemplo difícil de superar. A la edad del retiro logra lo que miles de soldados y policías no pueden: encontrarse con El Mayo Zambada, uno de los narcos más buscados. En su propia guarida, habla con él; se toma una foto que deviene en editorial y escribe la crónica de un encuentro insólito cargado de miedo, del anfitrión y el huésped (Proceso 1744). Si Don Julio ya había alzado el listón con la entrevista a Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, con esta nueva prueba de audacia profesional se coloca a la vanguardia de la prensa mexicana. ¡Bravo, maestro! Gracias por mostrarnos que si hay oscuridad es porque todavía existe la luz”.

► Proceso

Y ante el debate suscitado, el director de la Revista Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, en entrevista con el periodista Ricardo Rocha, mencionó que para el Consejo Editorial del semanario fue “relativamente fácil” tomar la decisión de publicar la entrevista y poner en portada a Scherer abrazado por “El Mayo”, a sabiendas que la publicación causaría polémica por tratarse de un hecho inédito.
“estamos envueltos en la competencia unas veces leal otras no tanto y los críticos desde sus cómodas bibliotecas de analistas que no se ensucian el traje con mucha frecuencia hacen críticas, sin conocer el oficio, pero afortunadamente hay otra crítica que resulta más importante”, mencionó Rodríguez Castañeada.
Y agregó que “el hecho de ofrecer lo que tenga que decir la gente que está del otro lado de la guerra del narco es indudablemente un asunto de enorme interés periodístico que ayuda a entender el fenómeno del narcotráfico tan, desgraciadamente, extendido en nuestro país”.

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