sábado, octubre 13, 2007

¿Que quién es Goebbels?


sábado, 13 de octubre de 2007

Por Manú Dornbierer
Satiricosas
A raíz de la Reforma Electoral y del “recuento de daños” que hizo el Senado de lo sucedido en las elecciones del 2006 -cuyas heridas no acaban de sanar en el ámbito político, social y ni en el familiar mismo- se vuelve a hablar de Goebbels. En realidad ha resurgido literalmente el fantasma del hombre culpable de la propaganda nazi que logró convencer a Alemania, un país civilizado, culto, inteligente, de la demencia criminal que fue el intento de erradicar de la Tierra a varias razas, entre ellas la judía y la gitana, para crear “una raza pura” y dominar al mundo. Sin importar que para ello hubiera que asesinar a decenas de millones de personas.
En el siglo XXI Goebbels, el que repetía “Miente, miente, que al final algo quedará... cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá”. Sigue ganando batallas después de su muerte (se suicidó con toda su familia en el búnker en el que se refugió con Hitler y su mujer Eva Braun al conocer la derrota del Tercer Reich). Pero las batallas que gana Goebbels a tantos años de su desaparición, en pleno siglo XXI, no son como las del Cid Campeador, son inocuas victorias sobre el cerebro humano del que la propaganda logra borrar todo vestigio de lógica y de moral. En un país aún tan inculto como México, la mayoría no sabe quién fue ni qué inventó ese genial individuo y por ende no tiene las armas para defenderse de la propaganda maligna.

Para los que sí conocemos el fenómeno histórico que provocó la propaganda nazi, fue evidente el año pasado en México que los propagandistas de Felipe Calderón estaban utilizando punto por punto el decálogo de Goebbels, incluso un hombre judío como Enrique Krauze, para ganar la elección presidencial. La que se aprendió de volada la lección fue su jefa de campaña, Josefina Vázquez Mota, La Pepa Goebbels. Esa mujer que tras haber permitido al cuñado del candidato Calderón la violación electrónica del padrón de la Secretaría de Desarrollo Social que le dio Fox, precisamente para que enviara propaganda a los más pobres, no tuvo empacho en permitir el pillaje más vil de programas para vivienda popular (busque el lector el libro Las manos sucias del PAN”, Editorial Planeta de José Reveles).
Y es a esta inmoral persona a la que Felipe le dio la SEP.
En fin, el año pasado publiqué el decálogo de Goebbels en este espacio, pero sin duda se creyó que era sólo por defender a mi candidato López Obrador y no para hacer pensar a la gente. Hoy cuando gracias a la Reforma Electoral -ahogado el niño tapan el pozo- ya no se podrán dar en México siniestras campañas como la del presidente espurio, pero él mismo sigue usando la cotidiana propaganda mentirosa. Calderón apoya “la limpieza” y regaña demagógicamente a sus empresarios, por haber tenido más “oportunidades que una niña de la Montaña de Guerrero que sólo tuvo la de vivir dos años”.
Como dijo Carlos Ugalde: Lo que decidieron los senadores fue la prueba del fraude electoral. Y lo corren a él del IFE, pero no al producto del fraude... Felipe Calderón. “Podrá Sancionar el IFE al Presidente” decía una nota el 10 de octubre. ¿Qué, el de Ugalde no podía? ¿No que era un organismo ciudadano que podía haber parado al loco de Fox? Los políticos, no podrán hacer propaganda electoral goebbeliana. Pero ¿qué tal la propaganda cotidiana gubernamental? ¿Nos creen completamente imbéciles? Aplican el gasolinazo oficial ordenado por el Banco Mundial y “nadie sabe” quien lo propuso, pero TODOS lo aceptan y Calderón hace “el patriótico favor” de posponerlo unos meses. Es un hombre obseso, también del Banco Mundial, quien confiesa engullirse 2 mil pesos diarios de alimentos (con el aumento de precios ha de ser más) el que quiere sacar del hambre a los 60 millones de pobres y su Reforma Fiscal, dice, es para ellos aunque no se sabe cómo. Eso sí, para empezar, Calderón se auto-regaló un aumento de sueldo de más de 50 mil pesos. No, no, señores, no somos idiotas. Pero por si las moscas...
Le sugiero, lector, que antes de ver tele, escuchar radio o leer algunos periódicos, se vacune, se blinde contra la propaganda goebbeliana cínica del gobierno, de sus aliados y de las transnacionales. Ya que para compensar a los medios de la pérdida de los spots electorales que ahora prohíbe la ley, todas las instancias de gobierno están anunciándose constantemente en TV. Hay que recordar que esa propaganda del “Gobierno de la República”, de “la Cámara de Diputados”, de “la Secretaría de Hacienda”, “de la Educación, de Salud, etc. LA PAGAN CON NUESTRO DINERO y no nos sirve para nada. Los senadores, a los que les volví a perder confianza por el gasolinazo, deberían exigir que la propaganda en cuestión en lugar de llevar incienso a los altares de nuestros empleados -recuerden que los mandantes somos nosotros, los ciudadanos- transmitan cuando menos mensajes útiles para la población.
Por lo pronto, aquí tiene, lector, las recetas propagandísticas de Goebbels, 11 que no 10, aunque se llama “decálogo”. Conózcalas para crearse, contra la propaganda, el antídoto de un ciudadano de verdad que ha dejado de ser borrego. No se deje lavar el cerebro como pretende el gobierno actual. Sólo quiere que los ingenuos olviden que ha subido los precios de todo, que ha causado más de 2 mil ejecuciones monstruosas en todo el país, mismas que han dañado a ciudades enteras, que no ha creado los empleos prometidos, que ha sacado al Ejército de sus funciones constitucionales, que quiere entregar PEMEX y CFE a la brevedad posible, en suma que es el gobierno que no sólo nos impusieron un grupo de empresarios cerrados sino el neoliberalismo que está acabando con el planeta para beneficio exclusivo de unos cuantos. Recorte el siguiente recuadro y no se deje manipular por el fantasma de Goebbels.


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