PRD, zapatistas, López Obrador…
Todos olvidaron la lucha callejera

Miguel Angel Ferrer

Era obvio que la alianza pripanista dominante en el Congreso de la Unión habría de aprobar la nueva ley del ISSSTE. Que los legisladores del PRD se opusieran en las cámaras era necesario, mas no podía ser suficiente. Pero ni los perredistas, ni el movimiento indígena zapatista y su Otra campaña, ni Andrés Manuel López Obrador estuvieron dispuestos a convocar a movilizaciones populares masivas para impedir este nuevo robo a los trabajadores de hoy y del futuro.
Y una vez aprobada la nueva ley para el saqueo, ni PRD, ni zapatistas, ni López Obrador parecen haber entendido que el único medio para conseguir la derogación de esa norma es sacar a las calles a los millones de víctimas de este nuevo Fobaproa.
Pero es extraña esa falta de entendimiento. Hay enormes y exitosas muestras históricas y universales de que la movilización popular organizada es capaz de evitar guerras, derogar leyes criminales, impedir la venta del patrimonio nacional, parar en seco injerencismos extranjeros y tumbar gobiernos oligárquicos.
Francia, Bolivia, Estados Unidos, Ecuador, Venezuela, España y Argentina son algunas de las naciones en las que las masas organizadas y bien dirigidas han conseguido algunos de esos objetivos. Mas también en México ha habido ese tipo de experiencias exitosas. Es cierto que, acaso por errores de la dirigencia, la movilización popular no fue capaz de impedir los fraudes en las elecciones presidenciales de 1988 y de 2006. Pero no es menos cierto que las masas movilizadas fueron capaces de impedir que gobierno y oligarquía involucraran al Ejército nacional en la guerra de Irak.
Y fue otra gran movilización popular la que logró que el salinismo suspendiera los bombardeos y la guerra contra las comunidades zapatistas en 1994. Y también una vasta movilización popular logró abortar el inmoral negociazo que el foxismo había planeado hacer con la expropiación de los terrenos de San Salvador Atenco para la construcción de un nuevo aeropuerto en la ciudad de México. Y cómo no recordar que más de un millón de personas en las calles frustraron el canallesco intento de desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal, López Obrador.
Parece, sin embargo, que López Obrador, el PRD y los zapatistas han olvidado o menosprecian ahora ese método de la lucha económica, social y política. El único camino que ha conducido a victorias populares, mejoras sociales y avances democráticos.

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